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¿Plantar árboles exóticos o nativos?
II Encuentro Anual de Reforestadores con Especies Nativas
¿PLANTAR ÁRBOLES EXÓTICOS O NATIVOS?
SEPARANDO LO FACTUAL DE LO EMOCIONAL
Universidad para la Paz
Panamá, Noviembre, 2002
Introducción
La plantación de árboles exóticos ha generado una discusión a nivel mundial, con frecuentes enfoques emocionales y poco científicos, que ha venido antagonizando diferentes sectores desde hace décadas. A menudo se ignora la literatura sobre el tema así como la opinión de los campesinos, que los cultivan.
Muchas plantas exóticas no son consideradas como tales por muchos de los pobladores rurales. Igual ocurre con los animales domésticos. A la llegada de Cristóbal Colón, había cocoteros en el Pacífico de Centroamérica pero no en el Atlántico. La palma de pejibaye (Bactris gasipaes) es exótica en sentido estricto en Costa Rica, pero se conocía en el país mucho tiempo antes de la colonización por España, ya que fue traído por indígenas desde el este (Panamá, Colombia, etc.)
En América Central y en otros países tropicales, nadie parece objetar la introducción de monocultivos de plantas alimenticias u otros productos, todos exóticos, como por ejemplo arroz, banano y plátano, palma de aceite, hule o caucho (Hevea), café, cítricos, mangos, caña de azúcar, numerosas hortalizas y ornamentales, etc. Tampoco se critica la introducción de ganado vacuno (con su producción de leche y derivados), caballar, porcino, aves de corral o ciertos animales que usamos como mascotas (perros, gatos), aunque todos son exóticos en las Américas.
A menudo no está claro lo que es una planta exótica: ¿está limitada al país (lo más común), a la zona ecológica, al ambiente donde crece? Si se aplica la frontera política, no hace mucho sentido para países tan grandes como Brasil, México, Colombia, Perú, Bolivia, Rusia (con el desmantelamiento de la Unión Soviética muchos árboles antes nativos, son ahora exóticos), Australia, etc. ¿Puede un país pequeño como El Salvador limitarse sólo a plantar árboles nativos? ¿Si se saca una especie arbórea del bosque tropical mixto donde crece en forma natural y se planta 3 x 3 m en un potrero degradado y abandonado con suelos compactados, no estamos convirtiendo esa especie en una exótica en su propio país?
También cabe preguntar si no existen medidas correctivas o si realmente se producen efectos negativos. De Camino y Budowski (1988) analizaron los impactos ambientales indeseables de plantaciones y las medidas silviculturales para obviarlas, como por ejemplo plantaciones mixtas (Budowski, 1984).
Hay árboles nativos endémicos, otros de distribución limitada a pocos países. Más importante aún, hay árboles pioneros que se adaptan a gran variedad de condiciones climáticas y de suelo, otros son secundarios tardíos y otras del clímax o del bosque primario; estos últimos usualmente tienen requerimientos muy específicos. Hoy las especies más plantadas en el mundo tropical son pioneras o secundarias tanto las exóticas como las nativas.
Árboles polémicos: los eucaliptos y los pinos
Más del 90% de la polémica vigentes se centra en dos géneros que crecen en ambientes muy variados: Pinus del cual hay cerca de 100 especies y Eucalyptus que tiene más de 600. Ambos crecen en forma natural desde lo muy caliente hasta lo frío, tanto en altitud como en latitud, desde condiciones secas hasta de muy altas precipitaciones (E. deglupta y E.urophylla, por ejemplo). Además en América tropical, se discute a menudo la introducción de Gmelina arborea, Tectona grandis, ambos de Asia, así como Cupressus lusitanica, oriundo de México y Guatemala en zonas altas y unas pocas más.
Muchas especias nativas de América tropical son muy populares en oros continentes (África, Australia) como Laurel Cordia alliodora, Cedro Cedrela odorata, Caoba Swietenia macrophylla, S. mahagony, Madero Negro Gliricidia sepium, Leucaena leucocephala (oriundo de México y Centroamérica, pero mejorado en Hawai), Calliandra calotyrsus, Pinus spp., Cupressus lusitanica, Albizia (Samanea) saman, etc., así como numerosos árboles ornamentales (e.g. Jacaranda mimosifolia). A menudo crecen mejor en sus nuevos hábitats que en su lugar dio origen, ya que sólo se trajeron las semillas, sin las plagas que los agobiaban en su hábitat natural.
La controversia es particularmente aguda con Eucalyptus, especialmente en India donde se cultiva una forma de E. camaldulensis y en Brasil donde se introdujeron hace más 80 años y hubo un congreso internacional sobre el tema (Budowski, 1982; Spears, 1987).
Existe una extensa literatura sobre el tema. Una buena parte analiza el tema en forma muy responsable, como por ejemplo lo publicado por la FAO (1988) y por el Banco Mundial sobre Eucalyptus (Poore, 1985; Spears, 1987 a y b). Wadsworth, (2000) también analiza esta polémica con profundidad.
Es urgente establecer canales de discusión basados sobre hechos, no emociones, evaluando ventajas y desventajas de las diferentes especies involucradas, tomando en cuenta las condiciones climáticas y de suelos, las necesidades y posibilidades de los diferentes usuarios, especialmente las compañías reforestadoras y los campesinos de bajo ingreso. Urge planificar correctamente a largo plazo con la meta de lograr el mejor uso sostenible de la tierra. Hoy se considera que el potencial de América Tropical para plantar árboles es enorme, ya que muchas tierras de clara vocación forestal fueron deforestadas, para ser reemplazadas por cultivos o pastos sin lograr la sostenibilidad. Es mas, se considera que las plantaciones tanto de nativas como de exóticas para producir madera, junto con el buen manejo de bosques secundarios, constituyen un medio eficaz para evitar la desaparición, o por lo menos mitigar la presión de los madereros sobre los bosques primarios, con su alta biodiversidad y su alto potencial para investigación educación, ecoturismo y conservación de plantas y animales en su estado natural.
Los detractores de especies exóticas a menudo, basan sus argumentos en factores como:
La plantación se convierte en un “desierto biológico”.
La fauna nativa sufre ya que no conoce o no “utiliza” las exóticas.
Hay propensión a incendios forestales.
“Se secan o se esterilizan” los suelos y hay efectos alelopáticos. En el caso de pinos se argumenta que hay acidificación del suelo.
Las especies nativas son superiores a las exóticas, ya que están “adaptadas al ambiente”.
Las especies exóticas son más susceptibles a enfermedades e insectos.
Las exóticas pueden convertirse en especies invasoras.
¿Pero cuan legítimas son todas estas críticas?
Ventajas de árboles exóticos sobre nativos
La silvicultura de las pocas especies introducidas en gran escala, se conoce relativamente bien, así como su aprovechamiento industrial.
Algunos crecen más rápido que muchas especies comerciales nativas, especialmente cuando provienen de semilla certificada (e.g. Gmelina arborea, ciertos eucaliptos) y tienen mejor forma (Pinus y Eucalyptus spp en particular). Algunas especies retoñan vigorosamente cuando se cosechan (Eucalyptus spp y Gmelina arborea) y permiten una segunda rotación basada en el mejor retoño.
Árboles como teca (Tectona grandis) tienen un muy alto valor en el mercado internacional de la madera y se prestan para inversiones a largo plazo. Otras especies que al principio no tenían mucha aceptación, están siendo mucho más apreciados. Es el caso de la madera Gmelina para muebles y sobre todo ciprés, Cupressus lusitanica para muebles y construcciones. También en Costa Rica las plantaciones de ciprés para árboles de navidad cosechados a los 2-3 años de edad, se han convertido en una industria muy lucrativa.
Algunas especies pueden crecer en suelos pobres (Pinus spp., Acacia mangium) o con cierta salinidad (Casuarina equisetifolia) debido a estructuras en sus raíces que facilitan la absorción de nutrimentos a través de bacterias y hongos asociados (micorriza, Rhizobium, Frankia)
Es relativamente fácil conseguir semilla de variedades seleccionadas.
Es más fácil mantener líneas puras y evitar hibridización con especies o variedades botánicamente parecidas (como a menudo ocurre en el país de origen).
Para casi todas las especies y aún variedades exóticas, hay datos relativamente precisos sobre condiciones ecológicas el origen de las semillas certificadas, rendimientos esperados, normas para raleo y poda, lo que es muy atractivo para inversionistas (especialmente para grandes plantaciones). Los datos aportados por Wadsworth (2000) son particularmente útiles para escoger la especie más apropiada.
Muchas especies exóticas califican para beneficiarse de incentivos creados por entidades gubernamentales para estimular las plantaciones en áreas deforestadas, pero con vocación forestal, ya que a diferencia de nativas, son relativamente más “seguras” para lograr altos rendimientos.
El hecho de ser exótico o novedoso y cultivar algo que otros no tienen, puede ser un atractivo para algunos.
Desventajas de especies exóticas
Pueden ser atacadas por plagas que no existen en su país de origen. También puede ocurrir que las mismas plagas del país de origen pueden eventualmente llegar y causar mucho daño, ya que pueden no encontrar depredadores u otros enemigos naturales que co-evolucionaron con ellas.
La población local no conoce bien sus usos ni su silvicultura y se necesita un período de aprendizaje, a veces de varios años. Fue el caso de la madera de Cupressus lusitanica, que hoy tiene alto valor en Costa Rica, pero que hace tres décadas, nadie la usaba.
Cuando la procedencia de la semilla es dudosa pueden resultar árboles de mala calidad (forma, vigor). Hay casos documentados con Pinus caribaea, en Venezuela y Tectona grandis, en Panamá y otros países.
El capital genético puede ser muy reducido.
Algunas especies pueden ser invasoras “naturales” y desplazar especies nativas. Existen algunos casos documentados, especialmente en islas y en el Sur de Florida, E.E.U.U. con Melaleuca leucodendron en.los pantanos de los Everglades.
Cuando se discute la acidificación creada por las plantaciones de Pinus spp hay que conocer cuál es o fue la acidez del suelo antes de reforestar, no la acidez de un bosque cercano latifoliado. El pH de los bosques naturales de pinos también es usualmente algo ácido. Lo que hay que evitar es deforestar un bosque latifoliado para plantar pinos.
Problemas potenciales comunes a especies exóticas y nativas en plantaciones
Hay falta de conocimiento sobre la calidad del sitio (clima, suelos, principalmente) que ha de plantarse, por ejemplo si hay compactación o un caparazón (“hard pan”) en el suelo, cuando la capa freática es muy alta, cuando hay propensión al empantanamiento, o si la salinidad es muy alta, (en zonas muy secas). También puede haber poca resistencia a vientos muy violentos o huracanados, propensión a ataques masivos de hongos e insectos u otras plagas, por ser monocultivos. Sin embargo, a medida que progrese nuestro conocimiento, habrá variedades más resistentes, mejores posibilidades de control integrado de plagas y, en general mejores métodos para diagnosticar la clase de sitio.
Las especies de crecimiento rápido necesitan grandes cantidades de agua y no deben plantarse en sitios secos, pero cabe mencionar que se han usado para drenar zonas pantanosas.
La cosecha de madera, especialmente si no se devuelve la corteza al sitio, puede empobrecer el suelo de nutrimentos. Hay pocos estudios sobre este tema y muchos no son conclusivos. Pero si fuese el caso, es posible abonar con los nutrimentos críticos.
Cuando nada crece debajo de las plantaciones se argumenta a menudo que hay efectos alelopáticos (especialmente en eucaliptos). Esto es muy discutible y depende del manejo (raleo, podas), para permitir que llegue más luz y haya menos competencia para agua y nutrimentos. Los efectos alelopáticos raras veces han sido comprobados y generalmente se confunden con competencia por agua.
Hay que esperar mucho tiempo para cosechar madera de aserrío y no hay interés en hacer una fuerte inversión inicial que se recuperará sólo en 15-40 años después. Esto es válido por supuesto pero sólo en parte. Existen casos como en Gmelina arborea en Costa Rica, donde se cosecha a los 5 ½ años para astillas a través de plantaciones que producen de 30-40 m3 por ha por año en buenos suelos. También cuando se trata de producir madera, pueden obtenerse beneficios de los raleos, para postes de cerca y aún para madera, especialmente en los últimos raleos antes de la cosecha final.
Plantaciones mal manejadas, por ejemplo sin ralear, producen sombra excesiva en el sotobosque y pueden favorecer la erosión y una mayor escorrentía superficial, sobre todo en pendientes fuertes.
Hay grandes compañías reforestadoras que compran y usan tierras que compiten con la agricultura practicada por personas de pocos recursos económicos.
A veces se deforesta el bosque natural (primario o secundario) para plantar árboles. Esto hoy día es inadmisible y no debe ser tolerado. Hay discusión si un rastrojo (“charral, purma, manigua, tacotal”, etc.) puede limpiarse para reforestar. Cuando ya es bosque secundario (por ejemplo con más de 10 metros de altura) vale la pena considerar que su manejo es una opción real en vez de reemplazarlo por plantaciones.
En plantaciones bien manejadas con crecimiento rápido, la calidad de la madera puede ser inferior a la que proviene de árboles de los bosques naturales donde el crecimiento es más lento; y la forma del tronco puede ser mejor (más recta, menos nudos, etc.), que en plantaciones.
Por otra parte existen incentivos financieros en muchos países, que a menudo son abusados, ya que las plantaciones no son exitosas aunque los reforestadores ganaron dinero. También existen compañías reforestadoras que venden parcelas de pocos años de plantadas a inversionistas con promesas de alta rentabilidad. Pero lamentablemente existen casos de engaños para inversionistas que describen los crecimientos y rendimientos previstos muy exagerados (hay casos conocidos con teca).
Hay escasez de cultura forestal, con poco interés en invertir en lo que se considera algo de “alto riesgo” y a largo plazo; esta situación está cambiando a medida que hay más información derivada de la investigación con casos de éxito y aumento en el precio de la madera.
Ventajas de especies nativas
Los usos son bien conocidos y hay buena aceptación para la madera en el mercado local así como otros productos como postes de cerca, horcones, leña y carbón.
En algunos casos, sobre todo en sistemas agroforestales, ya se conoce muy bien su manejo, como en el caso de árboles de sombra de cafetales, cercos vivos, árboles para leña, árboles en huertos caseros, árboles en pastos o líneas de árboles en las orillas de propiedades.
Son más adaptados a las necesidades de la fauna local si bien falta mucho por dilucidar y algunas especies exóticas también son apreciadas por ciertos animales de la fauna local. Es el caso de los frutos de Gmelina, muy apreciados por venados. En muchos casos como en los pinares introducidos, las ardillas se benefician y ciertas aves nativas usan las agujas para la confección de sus nidos, como se ha observado en el CATIE, Turrialba, Costa Rica.
Constituyen un eslabón conocido para procesos naturales como polinización por aves, insectos, mamíferos, dispersión de semillas, relación con epífitas y con la fauna del suelo, reciclaje de nutrimentos, pero falta mucho por dilucidar ya que en gran parte depende de las especies nativas plantadas y las exóticas con las cuales se comparan.
Se menciona a menudo (pero sin buena base científica) que las especies nativas están “mejor adaptadas a su ambiente”, o que como “regla general debe preferirse lo conocido”, pero esto naturalmente es muy subjetivo y faltan comparaciones con parcelas bien diseñadas, especialmente cuando son plantaciones de una sola especie.
Ventajas comunes a las exóticas y nativas
Muchas especies como ciertas leguminosas, el jaúl o aliso (Alnus acuminata), fijan el N del aire con sus nódulos por la acción de Rhizobium spp. o Frankia spp. y favorecen una mejoría física y química del suelo.
Los árboles plantados son refugios de aves que allí se posan (o anidan) dejando caer semillas excretadas (sobre todo de frutos de especies naturales cercanas), que pueden germinar y favorecer el establecimiento eventual de un bosque mixto, cuando se cosechan las especies inicialmente plantadas y se abre el dosel , lo que deja entrar la luz directa.
Las plantaciones para abastecer madera pueden “aliviar la presión” para cosechar árboles valiosos en los bosques naturales primarios y evitar su desaparición por “cambio de uso”. Pero faltan buenos estudios de caso.
Los rendimientos en madera, si se comparan con los árboles extraídos de los bosques naturales son generalmente mucho más altos, por unidad de superficie.
En vez de hacer una sola plantación grande, se puede “escalonar” las parcelas cada año para distribuir mejor la cosecha final en el tiempo.
Algunas desventajas de especies nativas
Les es difícil competir con algunas exóticas como eucaliptos y pinos en cuanto a rapidez de crecimiento, forma del tronco, capacidad de retoño (eucaliptos), capacidad de crecer en suelos muy pobres o producción de fibra larga para pulpa y papel (pinos).
Resulta a veces difícil conseguir semilla seleccionada, para las condiciones de sitio donde se proyecta plantar.
Hay poco conocimiento de la silvicultura y de los rendimientos esperados rapidamente.
La literatura existente es muy escasa y a menudo viene del extranjero con condiciones climáticas, edáficas y socioeconómicas a menudo diferentes. Felizmente este cuadro está cambiando rápidamente y ya existen excelentes publicaciones sobre manejo de semillas y crecimiento inicial de plantaciones con especies nativas.
Por haber sido muy abundantes en el pasado y por pagar bajos precios por sus productos derivados, hay a veces resistencia para plantarlas, especialmente si aún pueden extraerse a bajo costo los árboles maderables de los bosques nativos.
Los raleos (y según el caso, la poda) para concentrar el crecimiento en los mejores árboles y lograr buena forma del tronco, son poco usuales y la introducción y aceptación de estas prácticas se asevera más difícil que para especies exóticas.
El crecimiento (vigor y forma) a menudo es decepcionante así como las propiedades de la madera cuando se compara con la aceptación de la madera que proviene de bosques naturales.
Conclusiones
No hay duda que las plantaciones irán en aumento y que la era de abastecerse de maderas a partir de los bosques naturales primarios está llegando a su fin. El futuro para abastecer las necesidades en madera está en el buen manejo de los bosques secundarios y en las plantaciones tanto nativas corno exóticas. También hay excelentes posibilidades de reforestar terrenos con clara vocación forestal, al amparo de incentivos, a fin de mejorar la infiltración de aguas, evitar excesiva escorrentía superficial y otros propósitos como mejoramiento del suelo en cuanto a estructura, materia orgánica y la circulación de nutrimientos. Hay apoyo de organismos internacionales para estos fines. Pero esto debe hacerse sobre sólidas bases científicas.
Hay numerosos casos de certificación de plantaciones bien hechas (tanto nativas como exóticas) y esta tendencia irá en aumento.
La literatura sobre este tema está ampliándose rápidamente (véase el reciente libro en inglés de Frank Wadsworth, Diciembre 1997, sobre producción forestal en América tropical, de 584 p. y 3347 referencias, donde se dedican más de 100 p. a plantaciones tanto nativas como exóticas; la edición en español salió en el año 2000). Hay asimismo otras fuentes de información como los libros de la FAO sobre silvicultura de especies plantadas en diferentes continentes. Han aumentado las publicaciones desde Centro América sobre experiencias con especies nativas, algunas con éxito en sus etapas iniciales como Vochysia spp, Virola spp, Bombacopsis pinnatum, Alnus acuminata, Terminalia amazonica (Herrera y Lanuza, 1995; Salazar et al, 2000).
Aunque falta más investigación fidedigna y acceso a buenas fuentes de semillas para especies nativas, ya hay mucho conocimiento sobre especies prometedoras y existen bancos de semillas. En Costa Rica hay una Asociación Costarricense para el Estudio de Especies Forestales Nativas (ACEN, 2001) y en otros países hay iniciativas similares.
No es correcto favorecer especies nativas si no se tiene un buen conocimiento sobre su cultivo, fuentes de semillas seleccionadas, mercados seguros, ya que puede redundar en pérdidas económicas.
Para el agricultor de escasos recursos debe favorecerse la especie que dé los mejores resultados (exótica o nativa), a corto y a largo plazo.
En condiciones de igualdad, deben preferirse especies nativas cuando ya existen buenos conocimientos sobre su manejo y aprovechamiento. También cabe preferir especies nativas en programas de reforestación urbana o de carreteras ya que hay un valor educativo (y a veces turístico y sentimental) en preferir y enseñar lo autóctono.
Es deseable crear más foros de discusión sobre este tema para despejar incógnitas y contrarrestar percepciones que no están basadas en datos fidedignos.
Se necesitan más publicaciones y centros de datos fácilmente accesibles en los países centroamericanos.
En el futuro es esencial recalcar que las plantaciones deben reemplazar los bosques primarios para producir madera. La tabla 1 compara la producción maderera proveniente de bosques naturales con plantaciones. También se cita la opinión de Wadsworth (en español e inglés) sobre las políticas que deben promoverse en cuanto al futuro para producción de madera.
Tabla 1. Comparando la producción de madera entre
bosques naturales heterogéneos (primarios y secundarios)
con plantaciones de árboles comerciales
* Como el caso de resinas (pinos) aceites de hojas de eucaliptos, semillas comestibles de Araucaria sp., etc.
** Exceptuando ciertos bosques secundarios, con alta presencia de especies valiosas, cuya superficie aumenta por lo menos en América tropical.
Opinión de Frank Wadsworth en relación con plantaciones y bosques naturales
“Se ha hablado mucho aquí sobre los rendimientos de los productos cosechables de los bosques primarios. Estos bosques todavía constituyen una fuente principal de productos forestales en muchas zonas tropicales. Sin embargo, al extraer productos vegetales o animales del bosque, lo que queda ya no es un bosque primario. Si los bosques primarios han de persistir, sus usos deben ser sólo los no extractivos, como la preservación de la biodiversidad de plantas, animales y germoplasma, la estabilidad del suelo, la calidad del agua, investigaciones científicas no manipuladoras y actividades educativas y recreativas no destructivas. Los productos, por lo tanto, deben provenir más bien de los bosques secundarios y plantaciones, de las cuales se habla en los capítulos siguientes.”
Versión en español del libro de Wadsworth, Frank. 2000. “Producción
Forestal para América Tropical”. Washington D.C., USDA Forest
Service, Manual de Agricultura N° 7105. xxiv + 603 p. p.111
Much has been said, here about yields of harvestable products from primary forest. Such forests are still the chief source of forest products in many tropical areas. Yet, the removal of either plant or animal products from forest leaves a forest that, by definition, is no longer primary. If primary forests are to persist, their uses must be solely nonextractive, such as for preservation of plant and animal biodiversity and germplasm, soil stability, water quality, nonmanipulative scientific research, and nondestructive educational or recreational activities. Products, therefore, must ultimately come entirely from forests that are secondary and from plantations, discussed in the following chapters.
From Frank Wadsworth's book: “Forest Production for Tropical America” 1997. US. Department of Agriculture Handbook #710. Washington, DC. 563 p. p.100
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